Mi media naranja, mi otra mitad, mi alma gemela, el amor de mi vida, etc, etc, etc… ¿cuántas veces hemos oído estas palabras? ¿Cuántas veces hemos escuchado una canción y hemos pensado que es posible? ¿Cuántas veces hemos visto una película y hemos querido eso para nosotros? Infinidad de veces hemos idealizado el amor, hemos pensado que en algún rincón del mundo existe una persona que es única y exclusivamente para nosotros, pero ¿de verdad creemos que la encontraremos entre las 6.692.030.277 personas que habitan la Tierra?

Seguramente hay muchísimas personas en este mundo que pueden convertirse en nuestras parejas y ocupar un lugar muy importante en nuestras vidas, con las que compartiremos muy buenos momentos, y también muy malos, si tenemos una persona a nuestro lado, que nos entienda, escuche y acepte tal como somos, podemos encontrar en nuestra pareja un gran apoyo para superar nuestro día a día, pero ¿qué pasa cuando idealizamos el amor y vivimos enamorados/as de alguien que no existe? ¿Cuándo esperamos día tras día que esa persona cambie para que sea como nosotros/as queremos? El cuento se acaba y no tiene el final feliz que siempre habíamos soñado, porque los cuentos, cuentos son, y nada tienen que ver con la vida real. Por qué no esforzarnos en ser buenos amigos de nuestras parejas, en conseguir una relación equitativa entre los dos y en intentar ser felices en compañía, porque si no conseguimos estar mejor estando acompañados, pues mejor solos…