Ayer me reuní con dos buenas amigas para ponernos al día, como siempre nuestra charla se alargó hasta altas horas de la noche hablando de temas diversos como la ineficacia del sistema educativo, el cambio de rutina ante la llegada de un hijo, el estereotipo de la mujer actual, etc… pero el final de la charla fue para mí la más productiva y la que más me hizo pensar: la fragilidad del ser humano.
Todos creemos que la muerte está muy lejana, que estas cosas pasan a los demás y no a nosotros ni a los que nos rodean, pero no es así, todos jugamos en la misma liga, y el hecho de que aún no nos hayan eliminado y pasemos a la siguiente ronda ya debe ser motivo de alegría. Estamos en una edad en la que la mayoría hemos visto como nuestros abuelos se iban para dar paso a nuestros hijos o sobrinos, decimos hola a una nueva generación que nos llena de alegría y decimos adiós a esas personas que ya han recorrido su camino y nos han llevado de la mano tantas veces. Ahora muchos estamos en la generación intermedia, la mayoría tenemos padres y la mayoría tienen hijos, disfrutan de la bienvenida a los nuevos pero se resisten a pensar que los padres son los siguientes: es duro pensar que las personas que te han dado la vida deben marcharse para dar paso a los recién llegados, es duro ver como las arrugas se hacen visibles en los rostros de nuestros progenitores y como debemos hacernos responsables de cosas que ellos ya no entienden (¿cuántos de nosotros ha enseñado a sus padres a utilizar nuevas tecnologías?), ahora nos toca afrontar esta nueva fase, una fase en la que seguimos siendo cuidados por ellos, pero en los que la ayuda deja de ser unidireccional para volverse más equitativa, lo hacemos con gusto y conscientes de que ellos nos han ayudado muchísimas veces…
Esta fragilidad se hace más visible en ellos, pero desgraciadamente esta liga no tiene en cuenta la edad del jugador; si se elimina a un jugador a punto de retirarse pensamos que ha tenido un ciclo en la vida y que le ha llegado su momento, pero no es lo mismo cuando el jugador propuesto para ser eliminado es una persona joven, con vitalidad, energía y con mucho camino por recorrer, nos preguntamos ¿por qué? Pero por mucho que nos preguntemos no hay respuesta, debemos luchar para no ser eliminados y seguir jugando en esta vida, en momentos tan mala pero que nos ofrece tanto y que no queremos abandonar.
Con estas reflexiones os quiero desear un FELIZ 2011 en el que apreciéis todos los buenos momentos vividos y compartidos, ¡lo que vivimos en cada momento es único e irrepetible!
