Resulta extraño pensar, que en este mundo, que hoy en día habitamos, ha habido millones de personas viviendo, tantas historias vividas y tantas propósitos incumplidos…
Nos pasan tantas cosas en nuestro día a día, que a veces no nos paramos a pensar, dónde estamos, qué hacemos, y porqué hemos venido… es bien cierto, que pensar mucho, acaba generando más preguntas que respuestas, pero pensar de vez en cuando tampoco es malo…
Creo que es bueno pararnos y pensar qué queremos, si vamos en el camino correcto, y qué hacemos para conseguir nuestros propósitos
Hay una frase que siempre me ha llamado mucho la atención “Te arrepientes más de las cosas que no has hecho, de las que sí has hecho…” si hemos probado algo y fracasado, nos quedamos tranquilos, y nos decimos “Al menos lo he intentado”… pero si nunca intentamos hacer algo que queremos, nos inundamos de tristeza, desánimo y desilusión hacía nosotros mismos.
Es cierto, que no todos los sueños, están al alcance de todos, pero hemos pensado si en verdad hemos intentado conseguir nuestras metas? O el miedo nos ha paralizado? Cuántas frases que empiezan por el “Si hubiese…” se oyen en cada esquina…
Creo que todos estamos de acuerdo, en que el propósito que tenemos todos en esta vida es alcanzar la felicidad, pero, nos planteamos de verdad si somos felices? Analizamos el porqué no lo somos o el qué nos impide conseguirlo? O simplemente nos conformamos con “los que nos ha tocado vivir”? si se pasara una encuesta, seguro que la tercera opción ganaba por goleada.
Con este simple planteamiento, quiero dar a entender, que es muy fácil aceptar lo que tenemos, y no “tirarnos a la piscina” intentando alcanzar lo que queremos conseguir, algunas veces llegaremos a la meta, otras nos quedaremos en el camino, pero lo que no debemos hacer nunca, es quedarnos en el punto de partida sin empezar a nadar… Persigue tus ilusiones, intenta alcanzar la felicidad aunque sea a ratitos, y lo más importante, nunca te arrepientas de lo que no hiciste.